miércoles, 4 de junio de 2014

Lo que no sabias de la Revolucion de Mayo: Curiosidades

Escena de la película muda "La Revolución de Mayo" estrenada en 1909 
¿Cuánto costó la Revolución de 1810?

Según el documento titulado "Cuenta de los gastos que de orden verbal del Excelentísimo Cabildo, se han hecho con motivo de la convulsión política experimentada en esta capital el día 21 del corriente, del Congreso General celebrado el día siguiente 22 para la abdicación del mando supremo de estas provincias en el citado Excelentísimo Cabildo, establecimiento de una Junta Provisoria de Gobierno y de más ocurrencias peligrosas que obligaron a los miembros de este Excelentísimo Cuerpo a no separarse de su sala capitular hasta conseguir el total restablecimiento del orden y tranquilidad públicas", las erogaciones fueron algunas de las siguientes:

  • Flete de doce carretillas que condujeron a las Salas Capitulares los escaños de las Iglesias de la Catedral, Santo Domingo, San Francisco y La merced, y otro igual número de viajes para volverlos a llevar a sus respectivos destinos (24 viajes en total) =12 pesos Iluminación de la galería del Cabildo las noches del 23, 24 y 25 = 28 pesos y 6 reales 
  • Tres relojes de primera, mandados comprar por el Excelentísimo Cabildo para obsequiar con ellos al capitán, teniente y alférez, de la Compañía de Batallón Nº 3 que hizo la primera guardia de honor a la Primera Junta = 206 pesos y tres cuartillos de real. 
  • Dinero para gratificar a la tropa de dicha compañía = 101 pesos


La actuación de la Primera Junta en Buenos Aires siempre fue el centro de atención de la Historia, pero la Revolución de Mayo de 1810 vivía en un contexto más allá del cabildo porteño:   

La Revolución y Córdoba

Cabildo de Córdoba

Recién en agosto se vieron las consecuencias en Córdoba: la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de La Plata impuso a Juan Martín de Pueyrredón como Gobernador Intendente. Sin embargo, el Cabildo siguió funcionando y ocupándose de todo el proceso de traspaso de un régimen a otro, hasta diciembre de 1824, cuando el Congreso General Constituyente suprima los Cabildos en Córdoba, Río Cuarto y La Carlota. El Cabildo perdió poder, al punto de no tomar decisiones definitorias o ejecutivas. Los cabildantes dejarían de ocuparse de los asuntos que antes les correspondía, y las sesiones se irían espaciando. Ante lo sucedido en Buenos Aires, Córdoba se resiste a las exigencias de Buenos Aires.


¿Cómo actuó la Contrarrevolución?
La noticia de la revolución porteña, llegó a Córdoba el 30 de mayo de 1810. En Córdoba, el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha se manifestó contrario de la Junta, coherente con su actitud de fidelidad a la corona española. Tuvo como aliado a Santiago de Liniers, hombre de prestigio y de peso político que ofreció armar tropas contra la Junta de Mayo. Los principales funcionarios de la ciudad, jurando en secreto, debatieron lo que debían hacer.La importancia de las noticias motivó una nueva reunión del grupo dirigente, donde se definieron las posiciones: Liniers lideró el grupo que se oponía a la Junta de Revolucionaria; el Deán Funes en total desacuerdo abandonó la sala.                             
En Buenos Aires, Mariano Moreno (secretario de Gobierno y Guerra) apuró la formación del Ejército, mientras enviaba cartas en las que advertía el peligro de adherirse a Liniers. Una columna de la Expedición Auxiliadora llegó a Córdoba el 21 de julio, al mando de Ortiz de Ocampo.Cuando se enteraron de que muchas otras provincias aceptaron las ideas de la Junta porteña, Gutiérrez de la Concha y sus funcionarios huyeron hacia el norte siguiendo a Liniers, quien iba hacia el Alto Perú en busca de apoyo. Ortiz de Ocampo entró a la jurisdicción de Córdoba y envió 300 hombres bajo el mando de Balcarce, a perseguirlos. El Cabildo cambió de opinión y aceptó la Junta de Mayo.El Deán Funes traicionó el juramento e informó a Buenos Aires lo que ahí se tramaba. Se propusieron un meta difícil: instruirían un regimiento para unirse a las fuerzas del virrey Abascal desde Lima. Pero los soldados desertaban en grupos. La Junta, terminante, había tomado la decisión de tomar y fusilar a Liniers, Concha, Victorino Rodríguez, Oreyana (el obispo) y a todos los cabecillas que pretendieran alterar lo que ellos habían instaurado. Liniers y sus aliados partieron de la ciudad de Córdoba el 31 de Julio de 1810, para integrarse a las fuerzas de Abascal. Llevaron 400 hombres de los cuales 50 desertaron en cuanto cayó la noche. El resto de la tropa, se deshizo en un suspiro, mientras Ortiz de Ocampo enviaba a Balcarce, 75 hombres para capturarlos. Entre ellos marchaba "Pepe" Urien, sobrino de Rivadavia. Una avanzada militar distinguió luces en el monte, que delatan la presencia de los contrarrevolucionarios que fueron tomados prisioneros y fueron llevados a Buenos Aires. Entre ellos, Liniers ofreció dinero a un moreno, a cambio de que lo escondieran, pero este lo delató apenas se topó con Urien. Otras dos partidas encontraron al resto de los enemigos. Cinco de los seis prisioneros fueron ejecutados por orden de Castelli y Rodriguez Peña: Liniers, Concha, Santiago Allende, Joaquín Moreno y Victorino Rodriguez. Por la investidura religiosa, Oreyana salvó su vida. Mientras que el resto murió en Cabeza de Tigre (Monte de los Papagayos, límite con Santa Fe). 

Rasgos entre los siglos de nuestra cultura

Algunos sucesos de principios del siglo XIX tuvieron peculiares características unidas o parecidas en el siglo XX y nuestra actualidad.

Tuvo entre sus ascendentes, al primer gobernador bonaerense criollo y entre sus descendientes, a un premio nobel ¿Quién era?


Se trata de Cornelio Saavedra. Los Saavedra eran una familia de origen andaluz. Uno de los más distinguidos miembros de este linaje fue Hernando Arias de Saavedra, más conocido por sus dos nombres fusionados, “Hernandarias”. Se desempeñó como gobernador de Buenos Aires en tres oportunidades a comienzos del siglo XVII. 
Con el tiempo, los Saavedra mantuvieron su estirpe. Cornelio se casó con Saturnina y fueron padres de Mariano, quien, a su vez, contrajo matrimonio con Carmen Zavaleta, fue el padre de Carlos Saavedra Lamas, premio Nobel de la Paz en 1936. Casado con la hija del presidente Roque Sáenz Peña, inspiró un Pacto antibélico firmado por 21 naciones que se convirtió en un instrumento jurídico internacional.
Carlos Saavedra Lamas (Nobel de la Paz) fue bisnieto de Cornelio Saavedra

¿Cómo fue la Guerra de los Peinados?
El modo en el que se usaba el cabello pasó a ser una cuestión de estado en la Guerra de la Independencia. Un raro peinado nuevo se había difundido de Norte a Sur entre la población femenina, sembrando inquietud política. En la Villa de la Concepción de Río Cuarto (Córdoba), la Revolución no terminó de convencer a muchos. Las mujeres, simpatizantes del régimen absolutista, mostraba un look que hoy podría tildarse de flogger: raya muy hacia la izquierda y mucho pelo del lado opuesto, lo que hacía que parte de la cara quedara cubierta. El gobernado local, Javier Díaz, prohibió la moda en agosto de 1816 y aplicó una multa de 50 pesos a quien osara lucir el estilo realista. Pero las damas no se doblegaron, allí asumió en marzo, José Eugenio Flores como Teniente comandante de frontera. En la primera reunión se dio cuenta de cómo las rayas dividían partidos. Mientras que las realistas la llevaban a la izquierda; las patriotas, la ubicaban a la derecha. Tuvo algunos escollos, pero finalmente, Flores convenció al gobernador Máximo Castro, de imponer con dureza la multa a las mujeres "floggers" y fue así como la moda retornó, bajo otra ideología y sin multas, un par de siglos más tarde.


Mucho antes de que sucediera la Revolución de Mayo de 1810, las fronteras estaban en manos de aborígenes y blancos, en uno de los primeros comercios florecientes:
¿Qué ocurría en las fronteras entre blancos y aborígenes?
Patagones y Aucas

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, había vastas regiones de lo que sería la Argentina, que aún permanecían en poder de las poblaciones originarias, fuera de la jurisdicción de los colonizadores. Las zonas fronterizas desarrollaron particulares formas de vida: aunque en ellas existían tiempos violentos,  existían espacios de interacción comercial entre las distintas culturas. Los fortines, más que lugares de separación, eran con frecuencia los ejes sobre los cuales se generaba el intercambio, aprovechando convenientes oportunidades. La documentación de la época muestra que era habitual que pequeñas partidas de aborígenes llegaran a los poblados blancos para intercambiar sus mercaderías y que los mercaderes lo hicieran en las tolderías. Así, aquéllos ofrecían cueros, artículos de talabartería, tejidos, plumas de avestruz y sal, y estos, objetos de hierro, telas livianas, azúcar y aguardiente.
Pero las relaciones entre ambas sociedades adquirieron un carácter más aguerrido y conflictivo a medida que fue creciendo la competencia por las tierras y el ganado, especialmente, a partir de la década de 1820.